viernes, 1 de abril de 2011

Un pergaminense que hace carrera en el fútbol grande



Nota publicada el domingo 06/03/11, en el suplemento "Zona",
del diario "La Verdad", de la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires.

Escribe: Magalí V. Laboret

Entrevista exclusiva para el diario La Verdad

De Juventud de Pergamino al Racing Club de Avellaneda

Brian Lluy nació en la ciudad de Pergamino. Su infancia siempre estuvo vinculada al fútbol. Jugó en Juventud hasta que, a los 12 años, su técnico Daniel García lo llevó a probarse a Racing. Debutó en primera división en el 2007 en un clásico frente a Independiente. Hoy a los 21 sueña con vestir la camiseta de la selección y jugar en el Barcelona de Messi.

-¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?

-Arranqué a los 4 años en Juventud de Pergamino y estuve hasta los 12 ahí. Después mi técnico, Daniel García, me trajo a probar a Racing. Vinimos tres categorías a probarnos y quedamos sólo tres chicos, uno de Arroyo Dulce, otro Pergamino y yo. De los tres al final, a medida que fueron pasando los años quedé solo. Y en edad de quinta salté a primera, debuté a los 18 años contra Independiente.

-¿Qué es lo que más extrañas de Pergamino?

-La familia. Lo que siempre digo es: la familia, los amigos, las costumbres. El hecho de haberme perdido mucha parte de la infancia y de no tener la posibilidad, por ejemplo, como tiene cualquier persona de hacer un viaje de egresados o de compartir un asado con amigos. Lamentablemente nunca tuve la posibilidad de hacer eso. Pero bueno creo que fue más lo que gané de lo que perdí en este momento.

Hincha del equipo de su infancia, Brian afirma que siempre quiso jugar al fútbol. “Siempre tuve en claro que quería jugar al fútbol. No quería otra cosa. Me vine a los 12 años y mi vieja no quería saber nada. Mi papá siempre me dijo que la decisión la tenía yo y por suerte ganó eso”.

-A penas llegaste ¿cómo te sentías? ¿Extrañabas o te adaptaste rápidamente?

Me vine y obviamente extrañaba mucho. La primera semana yo estaba contento porque estaba en Racing, estaba feliz, no le daba importancia. Pero cuando pasó esa primera semana, cuando se pasó el furor, me empezó a caer un poco la ficha de la soledad. El pensar que si me enfermaba no tenía a mi vieja o de salir a la calle y no tener a mis amigos, no saber a dónde comprar, no saber manejarme en Buenos Aires, era todo nuevo.

-A penas llegas viviste en pensión. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Pasé por todas las pensiones de Racing. Primero por Caballito, en una casa dónde vivíamos 30 chicos, después pasamos por un hotel. Hasta ahí había dos grupos y luego nos juntaron a todos en un hotel. Después se hizo la pensión nueva que está en el estadio.

-¿Te simpatizaba la Academia?

-Sí, mi viejo es hincha de Racing y mi abuelo que yo no lo conocí también. O sea que viene de familia. Yo cuando era chiquitito era hincha de Boca pero después dejé de darle importancia a eso. Y obviamente hoy me hice más que hincha de Racing. Me crié acá y le debo todo. Igual soy hincha de Juventud de Pergamino, que está en el Argentino B, descendió. Antes lo seguía, ahora no tanto. En un tiempo iba a la cancha, iba todos los fines de semana pero ahora tuve un nene y tengo otras ocupaciones y ya no puedo ir tanto a la cancha, ya no me da tanto, el nene ya no me deja.

Brian vive en Buenos Aires con Jorgelina, su novia de la infancia y también de la ciudad de Pergamino, Y con su hijo Valentín de apenas 7 meses.

-¿Hiciste muchos amigos en el fútbol?

Hice muchos compañeros, amigos no tantos. Obviamente tengo relación con muchas personas, tengo muchos conocidos, pero amigos no hice tantos. Somos de salir a comer, de juntarnos pero hoy en día me quedaron tres o cuatro nada más a los considero mis amigos y que más allá que no estén más en Racing soy de juntarme a verlos.

-De los técnicos que tuviste ¿con cuál te identificas más?

Caruso fue el que más me hizo jugar, el que me dio la continuidad y el que me dio la confianza que a lo mejor necesitaba. Creo que fue con el que más me identifiqué. Con Llop estuve poco, si bien debuté estuve muy poquito tiempo. Y con Miguel todavía no me termino de acomodar del todo. Si bien aprendo mucho y tomo todo lo que me dicen los técnicos todavía no me termino de acomodar.

-¿Cómo ves a Racing hoy a pesar del incidente del verano y de la lesión de Giovanni Moreno en primer fecha?

Yo creo que nos unió un poco todo lo que nos pasó. Las secuencias de cosas que nos pasaron nos sirvieron para unirnos como grupo. Todos tiramos para el mismo lado y esto nos termina de conformar, de consolidarnos. Tuvimos mala suerte en el verano, sufrir el fallecimiento de un compañero más, de nuestro masajista no fue fácil. Después la lesión de Gio en la primera fecha fue un golpe duro pero eso te ayuda a unirte y a salir adelante.

Durante la pretemporada en Open Door Racing sufrió la caída de un rayo que provocó la muerte de su masajista César Nardi. Brian se encontraba a un metro de él y también recibió el impacto. Fue trasladado al hospital de Luján muy conmovido y con su cuerpo casi inmóvil. “Estaba duro, no me podía mover. Yo estaba a un metro de César, me di vuelta y escuché el estruendo fuertísimo. Caí al piso y cuando abro los ojos lo veo tirado. Quedé muy aturdido y con el cuerpo cargado de tensión”, cuenta Brian.

-Hace tanto que estás en Racing, que ya pasaste por todas. ¿Racing no es un club fácil?

Pasé por todas en Racing, pasé por todas las situaciones. Pasé hasta no saber con quién hablar para que te hagan un contrato. Primero con la empresa Blanquiceleste con Marín, después pasó De Tomaso, luego hubo un órgano fiduciario y ahora asumió un presidente. Pasé por todas las etapas y en el medio jugamos una promoción. Ese día entraron al vestuario 20 personas, todas te prometían el mundo entero y después obviamente se terminó la promoción y no apareció nadie. Pero bueno son cosas que pasan en Racing nada más, pero por suerte de a poco se va acomodando. Hay persona que tiene buenas intenciones, ganas de trabajar y eso es lo que importa. Además está la hinchada que es impresionante. Es lo que más me gusta de Racing. Cuando vos entras a la cancha, te paras y ves la calidad y la cantidad de gente que hay se te pone la piel de gallina.

Aunque con Miguel Russo todavía no encuentra su lugar, Brian se esfuerza por estar entre los once titulares. No renuncia a su sueño de jugar en el exterior y de vestir la celeste y blanca de la selección. “Mi sueño máximo como futbolista es la selección. Eso sería único. Nunca me puse esa camiseta pero sería algo increíble, creo que todo jugador sueña con eso. Del exterior me gustaría el Barcelona, obviamente, son todos unos monstruos”.

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