Nicolás Peralta nació en el pueblo de Ascensión. A los 17 años se fue a Buenos Aires a estudiar periodismo. Siempre se sintió fascinado por el mundo del espectáculo. Soñaba con estar cerca de los famosos. Hoy disfruta de ser el periodista estrella de “Pronto”, una de las revistas de farándula más vendidas del país.
Desde que era pequeño, Nicolás se sintió atraído por el mundo de los artistas. En sus vacaciones de verano se iba a las puertas de los teatros, en Carlos Paz o Mar del Plata, para verlos sólo unos minutos. Siempre supo que quería estar rodeado de gente famosa. No sabía si era por periodismo, por relaciones públicas o por cualquier otro trabajo que implique estar relacionado con personas de la tele. Por eso, cuando dos amigos del secundario le propusieron ir a estudiar a Buenos Aires, no lo dudó ni un instante. “Me di cuenta que tenía que ir, porque los famosos están allá”, contó.
-Finalmente, elegiste periodismo. ¿Dónde estudiaste?
-Me anoté para estudiar comunicación en la UBA y en los ratos libres me iba a la puerta de América. Ahí estaba “Almorzando con Mirta Legrand” y salían los invitados. Yo quería verlos, charlar y sacarme fotos. Un día en el Alto Palermo me encontré, en el patio de comidas, con Carlos Monti y Susana Rocasalvo. Ellos conducían “Rumores”. Yo los veía. Los paré y les dije que era estudiante de periodismo, que quería trabajar en el medio, en el espectáculo y me recomendaron TEA, que es una escuela de periodismo terciaria. Entonces me anoté y las hice a la par.
-¿Cómo surge trabajar para “Pronto”?
-Cursé los tres años en TEA y cuando me recibí, justo llaman de revista “Pronto”. Querían un chico para una pasantía. El director de TEA me recomendó porque me había recibido hacía dos meses. Tuve la entrevista con otros cinco chicos y me dijeron creemos que sos vos. Me tomaron una “supuesta” prueba pero no duró nada, porque como yo consumía revista “Pronto”, sabía cómo se escribía, sabía el estilo, sabía todo. Y quedé. Y al mes me efectivizaron. Entré en Marzo del 2007 y al mes ya tenía recibo de sueldo. Mis compañeros periodistas me decían que no lo podían creer porque en estos 12 años de la revista pasaron 30.000 chicos haciendo pasantías y nunca jamás sucedió que venga alguien y que al mes lo efectivicen. Ellos estuvieron 5 años en negro y luchando un montón. Lo mío fue como tocado por una varita mágica.
Nicolás era fanático de la revista “Pronto”. La leía todas las semanas. Conocía su estilo, su manera de titular y a todos los periodistas que escribían. Consumía Liliana Podestá, Mariano Caruso. Todo lo relacionado con el mundo del espectáculo. “Me acuerdo que la primer semana firmé cinco notas. Cuando vi mi nombre Nicolás Peralta en la revista “Pronto”, dije no lo puedo creer”, dijo.
-¿Cuándo salió por primera vez tu firma en la revista, qué pasó en Ascensión?
-Fue un revuelo. Mi papá se encargó de desparramarlo por todos lados y se armó una cosa re linda desde entonces. Me siguen apoyando. Compran la revista todas las semanas para ver a quién entrevisté. Y eso es re lindo. Por ahí ven que una semana estoy con Moria, otra con la Sole Pastoruti. Ya entrevisté a todos los personajes, hace 4 años y medio que estoy. Fue todo muy loco.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
-Me gusta todo en realidad, lo disfruto mucho. Pasa el tiempo y lo sigo disfrutando como el primer día, me encanta. A parte me fui haciendo, no sé si amigo, porque es difícil ser amigo de alguien que después tenés que entrevistar, pero tengo un muy buen trato con todos los famosos. Me pasa que hay gente que me considera su amigo, me invita a su casa o a su cumpleaños. De repente nos encontramos una noche comiendo y cae Juanita Repetto o alguno de “Casi Ángeles”. Me fui haciendo buena relación y eso es lo que más me gusta. Todavía no encontré algo que no me guste.
-¿Cuál fue tu mejor nota?
-Me encantó entrevistar a Silvia Süller. No sé si fue la mejor nota, pero me gustó mucho. Fue en el 2007, cuando ella estuvo en bailando. Me costó horrores conseguirla porque yo era nuevo y la mina cada tres días me cambiaba el celular. Llegó un momento en que tuve veinte celulares de Silvia Süller. Mi jefe me decía que no la iba a conseguir porque la mina estaba loca. Pero me empeñé y la conseguí. Y después me gustó mucho entrevistar a Marcelo Tinelli en Bolívar, su pueblo natal. Fui a cubrir la maratón y el tipo después de correr y de todo, me atendió en la municipalidad. Me dio una entrevista que fue como charlar con un tío, es el dueño de la televisión y de repente te abre el corazón y te empieza a contar su infancia. Eso está bueno.
-¿Te gustaría trabajar en otros medios de comunicación?
-Estoy muy cómodo en “Pronto”. El año pasado estuve trabajando en Telefé, en “AM” un programa de la mañana. El segmento era “Siempre los estamos mirando”. Y éramos periodistas de una revista, hablando de los famosos en la redacción. Está inspirado en un programa de EE.UU. Me llegó la propuesta por Augusto Tartufoli, que es el periodista de espectáculo de “AM” y el editor de “Pronto”, es mi jefe y entonces me dijo “vos tenés que estar, porque vamos a ser cuatro periodistas. Tres malos y vos vas a ser el bueno. Mientras el resto critica a los famosos, vos salís a defenderlos. No te queda otra chance, porque sos bueno, porque te quieren todos y a hasta porque tenés cara de bueno”. Eso en Ascensión fue un revuelo tremendo. El primer día me empezaron a llamar todos por teléfono. El segmento duraba cinco minutos, pero Telefé a la mañana lo mira todo el mundo y más en un pueblo, dónde todos saben quién soy, quiénes son mis papás, cómo fue mi vida. Entonces me encantó. Me llamaron de todos lados, mis compañeros de la facultad, famosos, gente con la que tengo buena onda. La experiencia de la tele me gustó y este año supuestamente volvemos. También me encantaría hacer radio en algún momento. Hice un programa en Munro cuando todavía no estaba trabajando para la revista. Era el columnista de espectáculos y me iba a hacer todas las notas con los artistas. No tenía contactos. Hoy si levanto el teléfono, sé que me atiende Jesica Cirio, pero en su momento no. Entonces me iba a la puerta de los teatros, los entrevistaba, llevaba el casete y lo pasábamos al otro día en la radio. Muy a pulmón, pero estuvo bueno.
A pesar de conseguir trabajo rápidamente en el mundo del espectáculo y de obtener su título de periodista en TEA, Nicolás continuó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, para obtener su licenciatura. “Me parecía que me daba formación. Los tres años de periodismo en TEA estuvieron buenísimos pero fueron prácticos, no tuve nada de teoría. Me enseñaron a pararme frente a una cámara, a hacer un programa de radio, a escribir una crónica periodística para un diario, una revista, pero la formación la necesitaba. Además ya había cursado cuatro años y me quedaba muy poco, ya había pasado la mitad del vaso, entonces la tenía que terminar” comentó.
-¿Te sentiste juzgado por tu trabajo? Es una facultad muy crítica.
-No, para nada. Era una contradicción total porque de repente cursaba a la mañana Historia Latinoamericana en Sociales de la UBA y a la noche tenía el cumple de Karina Jelinek. Era muy incompatible, pero a mí me encantaba. Eso nunca me molestó. Mis compañeros se reían cuando yo llevaba anécdotas o contaba que había estado en el cumpleaños de Luciana Salazar o en una producción con Emilia Attias.
-¿Sentís que en el fondo a todos les gusta?
-A todo el mundo les gusta. Lo descubrí con profesores que son súper eruditos y que son unos capos en semiótica o en otras materias. Por ahí yo contaba tal detalle de algún famoso y todo el mundo paraba la oreja. Además, le llevaba todas las semanas la revista a Mónica, mi profesora del Taller Anual de la Orientación de Periodismo, en la UBA, y ella me decía “Nicolás no sabes qué felicidad me das los fines de semana, cuando yo bajo de todo el mundo filosófico y de las letras y me pongo a leer notas sobre Susana Giménez”. Y eso está bueno.
-Ya terminaste de dar todos los finales, ahora te queda entregar la tesis, ¿sobre qué estás escribiendo?
-Estoy haciendo un estudio antropológico sobre la farándula. Es una locura. Estoy haciendo desde qué es la farándula, qué son los famosos visto desde una lupa semiótica y antropológica y por qué la gente tiene fascinación por los famosos. Es un delirio. Aplico conceptos de psicología y tengo todos los contactos. Para le tesis entrevisté a Moria, Celina Rucci, Panam, Evangelina Carroso, a gente de todos los aspectos del mundo artístico.
A Nicolás le interesa todo el espectáculo. Sus sitios de Internet son “Primicia Ya” y todos los de chimentos. Consume otros medios, lee diarios y se informa sobre la actualidad. Todavía no tiene página propia pero utiliza todas las redes sociales. “Estoy fanático de Twitter, tengo 27.000 seguidores, que es una locura. Jésica Cirio tiene 15.000 y yo tengo 27.000. Tiene que ver con que se armó un grupo gigante de fans de Casi Ángeles, saben que soy muy amigo de casi todos y siempre subo fotos mías con los chicos. A partir de ahí se empezó a generar mucho”, explicó.
-¿Y vas seguido a Ascensión? ¿Qué es lo que más extrañás?
- Trato de ir una vez cada mes y medio. Los fines de semana largos aprovecho y voy. Tengo a mis papás, mis abuelos, mis amigos. Varios de mi grupo de colegio están en Buenos Aires y salimos siempre. Soy como un bicho medio raro, porque soy del medio del campo pero no tengo ni idea qué se siembra en cada época del año, no tomo mate y le tengo terror a los animales. Pero sí, extraño los asados de mi papá y mi abuelo que me encantan y juntarme con mis amigos.
-¿Qué dicen tus amigos de tu trabajo? ¿Te piden que les presentes algún famoso?
-Mis amigos están felices, yo los integro. El sábado pasado tenía al cumpleaños de Jésica Cirio y llevé a todos mis amigos de Ascensión. No pueden creer estar en el cumpleaños de Cirio y en un vip de un boliche de Recoleta, es raro. Yo ya me acostumbré y me encanta que ellos se metan.
-¿Qué pasa cuando vas a Ascensión? ¿Qué te preguntan los vecinos?
-Cada vez que voy a Ascensión me quieren hacer notas en el diario local “El Tribuno”, en la radio local. Yo voy siempre y cuento. Les encanta que cuente historias o chimentos. Me reciben con los brazos abiertos como si fuese Tinelli volviendo a Bolívar. El 28 de febrero fui al festival “Ascensión vuelve a cantar” y fue la Sole Pastoruti. Fue un revuelo. Yo la conozco desde antes y me recibió en el camarín. Estaba todo el pueblo queriendo saludarla y yo le hice la nota que salió en “El Tribuno” y en “Pronto”.
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