viernes, 6 de mayo de 2011

El bailarín que partió de Chacabuco y conquistó Europa








Nota publicada el domingo 17 de abril por el suplemento "Zona" del diario La Verdad de la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires.


Escribe: Magalí V. Laboret

Luego de llegar a la final y ganar en varios Torneos Bonaerenses, Eloy Prim se planteó comenzar a hacerlo profesionalmente. Y no sólo lo hizo, sino que ganó concursos y viajó por el mundo representando a la Argentina. Hoy vive en España dónde formó una compañía “Zeta Tango” y dónde continúa mostrando su arte. Sigue haciendo giras por Europa y trabaja como docente de tango en varias ciudades.

A los 12 años comenzó a bailar tango, porque una vecina de su barrio empezaba a aprender. En su casa no se escuchaba música y menos tango. Pero él quiso hacerlo. En 1993 tuvo la posibilidad de presentarse a los Torneos Bonaerenses. Esos torneos fueron la puerta de su profesionalismo. “Nos presentamos a los Torneos y pasamos la etapa local, la regional y llegamos a Mar del Plata, dónde salimos terceros. Entonces dije ésta es la mía: viajar a Mar del Plata en época escolar, una semana gratis y encima ganar. Y empecé con eso. En el ´94 volvimos a ganar, en el ´95 cambié de compañera y en 1996 ya lo hice con la compañera que estuve 11 años bailando, Analía Centurión. En el 1997 también ganamos y nos fuimos a Europa. Ese era el premio de la final, fue la primera vez que salimos de Argentina”, dijo Eloy.

-Después de ese viaje ¿comenzaste a profesionalizarte?

Luego empezamos a hacer cosas los dos juntos. Vinimos a Buenos Aires a perfeccionarnos y a tomar clases con distintos maestros. Mi historia estuvo muy ligada a la de Analía porque fuimos pareja de baile durante 11 años. Hicimos toda la carrera juntos desde el principio.

-Además de ganar en los Torneos Bonaerenses ¿Qué otras cosas importantes hicieron?

Lo primero grande que hicimos fue entrar en la compañía de Juan Carlos Copes, un ícono dentro del baile. Hicimos una gira a Ucrania con él. Y nos fue súper bien, lo pasamos bárbaro y cuando llegamos conseguimos trabajo en casas de tangos para turistas. Ahí empezamos a bailar. Después nos salió un trabajo para el mundial de fútbol del 2008. Íbamos a bailar a dónde jugaba la selección Argentina. Hicimos la misma gira de la selección. Bailábamos en el entretiempo de cada partido y representábamos al país.

-Empezaste de muy chico ¿tenías a alguien de tu familia que le gustara el tango?

Mi abuelo toca la guitarra, pero en casa nunca se escuchó música. Fue algo muy raro y cuando descubrí al tango, fue descubrir a un mundo totalmente nuevo. Yo tenía 12 años y era chico. Todavía no sabía bien lo que era. Todavía no lo he llegado a descubrir del todo. Pero es algo genial. Es un baile de contacto, cercanía y confianza. Es sensual pero sin llegar a ser sexual, es genial. Un baile hermoso.

-¿Y escuchabas tango?

No, nada que ver. Ahora sí, lo único que hago es escuchar tango. Yo soy historiador, de la Academia Nacional de Tango, es una carrera de tres años. En la época de oro del tango, entre los años 1930 y 1950, hasta la caída de Perón, estuvieron las orquestas más importantes. Entonces toda la música que se produjo en esa época, es la mejor para mí. Se baila muy bien y porque, en ese momento, lo único que se consumía era producto nacional. Y eso era Tango. En esa época todos los grandes poetas y músicos componían para el tango y vivían para el tango. Entonces había cosas muy interesantes de gente muy grosa.

Eloy estudió en la Academia Nacional del Tango, ubicada arriba del café Tortoni, en la ciudad de Buenos Aires. Allí cursó durante tres años dónde estudió la historia del tango y se perfeccionó en su baile. “Estudié con gente muy linda e interesante. Yo era el más pequeño. Tenía profesores importantísimos que forman parte de la historia del tango. Teníamos mucha teoría y algo de práctica. Era solamente sentarse y escuchar a un tipo que vivió mucho al tango”, contó.

-¿Bailás algún otro ritmo?

- No, miento todo lo otro. Uno sabe un poquito de folklore, salsa, pero lo mío es el tango. Ya hace tres años que vivo afuera, vivo en el Norte de España. Allí soy profesor de tango y también tengo una compañía “Zeta Tango” que hacemos shows es distintos lugares. Hicimos un espectáculo que se llamaba “Trío Porteño”. Ahora tengo un niño de tres años entonces dejé de hacer tantas giras y más que nada me dedico a la docencia. Doy muchas clases en Santander, Bilbao y todo lo que es el Norte español.

-¿Y cómo sienten al tango ellos?

- Muy bien, están fascinados y tienen muchas ganas de aprender. Hay mucha gente que se está moviendo y que está yendo para allí. Y es gente que sabe mucho. Antes cualquiera se iba a enseñar a cualquier lado, ahora ya hay que tener un cierto nivel como para que te vaya bien. Antes con ser argentino te alcanzaba, pero ahora necesitas estar especializado y ser reconocido. Uno de a poquito uno se va haciendo.

¿Cuál es el estilo de tango que más te gusta?

-Yo bailo el tango salón. Lo que me interesa bailar es el estilo no tan moderno, sino más bien clásico. Más pegadito, más milonguero. Al tango moderno lo bailo, pero disfruto más del clásico. Me parece el más tradicional y el más original. También creo que es una responsabilidad de nosotros, como herencia cultural, el transmitirla. Los mejores bailarines estaban en los ´40, ´50. Y han quedado muy pocos de esos bailarines. Entonces nuestra obligación es tratar de tomar lo máximo posible de los pocos que quedan. Para así seguir proyectando ese tipo de baile.

-Y allá en España ¿tenés una compañera Argentina?

-No, ella es Vasca. Porque mi compañera, la que tuve siempre, Analía, ahora está aquí y bueno vive haciendo gira .Yo me quedé allá y por eso tengo una compañera allá. Pero súper bien. Además Analía es de la selección, es del primer nivel. Está bailando muy, muy bien y si la extraño, pero claro yo me quedé allá en España. Y tenemos otra vida, ella vive girando. Ahora se va a Corea, se va a EE.UU, vino el otro día de Brasil. Está todo el tiempo moviendo. De hecho hace 15 días hicimos una movida en Chacabuco, como una maratón de tango. Nos fue muy bien. Hicimos unas clases de tango, con un show al final de la noche, y vino gente de todos lados. Vino gente de Junín, Bragado, 25 de mayo, Luján. Tenemos muy buena relación con los chicos de Junín, todos los hacen Tango Junín son muy buena gente y lo pasamos bárbaro. Cada vez que venimos tratamos de hacer algo juntos.

-¿Venís seguido a Argentina? ¿Qué es lo que más extrañas?

-Hacía un tiempo que no venía, ahora quisiera venir más regularmente al menos una vez al año. Extraño las facturas de crema y los chirizos caseros. Me estoy atracando a facturas, todos los días a la mañana me levanto y me como 9 facturas, terrible. Igual me llevo dulce de leche, rodesias, titas, alfajores, todo lo que no se consigue. Yerba ya se consigue fácil, pero ese tipo de chocolate son realmente muy caros y viejos.

-Gracias al tango recorriste muchos países ¿Cuál te gustó más?

-Si anduve por casi toda Latinoamérica. Generalmente haciendo giras con algún show. Por ejemplo en México estuvimos con un show de tango cuatro meses. Hacíamos shows en diferentes lugares, hoteles. Después estuve en Europa: Italia, Francia, Alemania, Ucrania, España. A mí me encanta viajar, entonces lo que hacía era trabajar y después gastarme todo el dinero que ganaba en quedarme viajando. Entonces llegaba a Argentina y no tenía nada. Pero la pasaba muy bien. El que más me gustó fue cuando fuimos al festival de tango de Londres. Es un festival bastante importante, van parejas muy buenas y me pareció muy lindo. Había profesionales muy, muy buenos y se lo pasaba bien. Entonces me gustó.

-¿Cómo ves al tango hoy?

- Ahora hay un montón de lugares para bailar tango. Está de moda y hay muchísimas chicas. Y es bárbaro porque es volver al contacto, volver a abrazarse, es genial. Hay más mujeres, pero me parece que cuando se comienza desde un principio a la chica le resulta más fácil aprender. El hombre es el que lleva, si la chica no tiene problemas en dejarse llevar lo aprende bastante rápido. El hombre tiene que aprender a llevar a la compañera y a la música. Tiene que tener una capacidad de pensar que es lo que a hacer cuando se termina el paso que está haciendo. Y a su vez tiene que escuchar la música, para saber cuándo vienen los golpes musicales. La chica cuando empieza a especializarse es súper difícil, pero al principio es más fácil para ellos.

-¿Y qué le podés decir a la gente para que empiece a bailar tango?

-Que bailar es genial, está demostrado. Es de bajo impacto para la gente adulta. Tienen que animarse a empezar a bailar. Hay que tener ganas y aprender. Y si uno tarda una hora en aprender un paso, otro tarda cinco minutos y otro tres días no importa. Hay que animarse.


3 comentarios:

  1. concurrì al festival de poesìa `grito de mujer`en chacabuco,donde tuve el placer de conocer a tu madre,a quien ya considero amiga,alcira...espero que la vida te siga dando lo que tù aspiras,la belleza del movimiento, y el esfuerzo por superarse siempre...me alegra saber màs de tì, siempre en espera de màs emociones...un abrazo desde longchamps,buenos aires,argentina! patricia cairo

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  2. Te acordas Eloy cuando tomando una clase contigo en el salon de Nene nos pegamos un flor de porrazo....SUSANA de Junin

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