jueves, 19 de mayo de 2011

Una ilustradora de exportación



Nota publicada el domingo 08 de mayo en el suplemento "Zona", del diario La Verdad, de la ciudad de Junín, Buenos Aires.


Escribe: Magalí V. Laboret


Agustina Guerrero tiene 29 años y hace 8 que vive en Barcelona. Es Diseñadora Gráfica y se dedica a ilustrar libros. Formó parte de “Siempre”, el primer libro de la también chacabuquense Florencia Salvador y actualmente se encuentra trabajando junto a ella en la publicación de cuentos infantiles.

Luego de vivir en distintas ciudades de España, Agustina Guerrero se instaló en Barcelona y allí decidió continuar sus estudios de Diseñadora Gráfica en una escuela de Arte y Diseño. Comenzó estudiando en la Universidad de Buenos Aires y a los 21 años decidió viajar a Europa. “Me mudé a España principalmente porque mi padre estaba aquí, pero también me motivó la idea de finalizar mis estudios en otro lugar”, contó Agustina en una entrevista exclusiva para el diario La Verdad.

-¿Estás trabajando como diseñadora?

-Actualmente sólo me dedico a la ilustración. He realizado varios trabajos como diseñadora gráfica, pero donde me siento más cómoda con un lápiz en la mano. Ilustrar cuentos o relatos, plasmar lo escrito de manera gráfica es lo que más me gusta hacer.

-¿En qué proyecto estás trabajando?

Comencé hace unos meses un curso de ilustración infantil. Hemos escrito junto con Florencia Salvador, que está en Buenos Aires, un cuento y ahora lo estoy ilustrando. Es una experiencia nueva para mí. Es un campo que me entusiasma, están naciendo imágenes y colores nuevos. Lo importante es aprender a ilustrar una historia lineal. Además, también estoy haciendo portadas de libros.

-¿Cómo surge la idea de ilustrar cuentos infantiles?

-La idea de comenzar a ilustrar un libro infantil básicamente fue porque tiene más salida laboral y además era algo que nunca había hecho antes. No me creía capaz de poder ilustrar para nenes, ya que mis ilustraciones son generalmente oscuras y destinadas a otro público. Por suerte me encontré en un ambiente nuevo, dónde las imágenes son totalmente diferentes. La verdad es que me está gustando mucho.

-¿Cómo considerás tu estilo?

-Espero no encasillarme nunca en un estilo determinado, porque me aburriría. Para mí, lo importante, es poder ilustrar para todo tipo de público y adaptarme a diferentes estilos. Todo dependerá de mi momento personal, del día, si llueve o hay sol, del relato o de la técnica que utilice.

En el 2010 participó como ilustradora en “Siempre”, el libro de Florencia Salvador. Fue la autora de todos los dibujos que acompañaban a cada micro relato. “La experiencia fue hermosa y difícil a la vez, ya que con tantos kilómetros de distancia teníamos que hablar vía mail. Pero desde el comienzo con Flor nos entendimos perfectamente. Estábamos pasando por una época personal similar y eso nos unió mucho. Tenemos una conexión increíble”, explicó.

-¿Tenés alguna página dónde se pueden ver tus ilustraciones?

Empecé con un Flick. En esa página subía las ilustraciones que iba haciendo. Me permitió tener variedad y conocer trabajos de otros profesionales. La página www.agustinaguerrero.com , es algo más privado, un lugar dónde el público puede vivir mi mundo.

-¿Admirás a algún diseñador en particular?

-Admiro a varios y los tengo como referentes. Me encanta una ilustradora francesa Aude Picault, porque ilustra imágenes simples, pero que a mí me llegan muchísimo. Y últimamente estoy descubriendo a ilustradoras de cuentos infantiles como Rebeca Luciani, Mariana Cabassa o Rebecca Dautremer. Cada día conozco a uno nuevo que me inspira.

Agustina intenta viajar una vez al año a Argentina. Aquí visita a sus amigos y a su familia. Extraña a su hermana y a su sobrina. También a las tortas negras, las pepas, los mates con amigas y la vida de una pequeña ciudad. Por el momento no piensa regresar, pero afirma que si tiene que elegir un lugar de nuestro país para vivir, sería el sur.

-¿Qué es lo que más te gusta de Barcelona?

-Es una de las ciudades más bonitas y que más disfruto para vivir. Hay montaña, playa y se respira arte por todos los rincones. Me encanta tener la posibilidad de viajar por distintos lugares, la tranquilidad con la que vive la gente y las distintas actividades que tiene Barcelona. Me encanta salir de trabajar y poder ir a la playa. Además te cruzás con gente de todas partes del mundo.


viernes, 6 de mayo de 2011

El bailarín que partió de Chacabuco y conquistó Europa








Nota publicada el domingo 17 de abril por el suplemento "Zona" del diario La Verdad de la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires.


Escribe: Magalí V. Laboret

Luego de llegar a la final y ganar en varios Torneos Bonaerenses, Eloy Prim se planteó comenzar a hacerlo profesionalmente. Y no sólo lo hizo, sino que ganó concursos y viajó por el mundo representando a la Argentina. Hoy vive en España dónde formó una compañía “Zeta Tango” y dónde continúa mostrando su arte. Sigue haciendo giras por Europa y trabaja como docente de tango en varias ciudades.

A los 12 años comenzó a bailar tango, porque una vecina de su barrio empezaba a aprender. En su casa no se escuchaba música y menos tango. Pero él quiso hacerlo. En 1993 tuvo la posibilidad de presentarse a los Torneos Bonaerenses. Esos torneos fueron la puerta de su profesionalismo. “Nos presentamos a los Torneos y pasamos la etapa local, la regional y llegamos a Mar del Plata, dónde salimos terceros. Entonces dije ésta es la mía: viajar a Mar del Plata en época escolar, una semana gratis y encima ganar. Y empecé con eso. En el ´94 volvimos a ganar, en el ´95 cambié de compañera y en 1996 ya lo hice con la compañera que estuve 11 años bailando, Analía Centurión. En el 1997 también ganamos y nos fuimos a Europa. Ese era el premio de la final, fue la primera vez que salimos de Argentina”, dijo Eloy.

-Después de ese viaje ¿comenzaste a profesionalizarte?

Luego empezamos a hacer cosas los dos juntos. Vinimos a Buenos Aires a perfeccionarnos y a tomar clases con distintos maestros. Mi historia estuvo muy ligada a la de Analía porque fuimos pareja de baile durante 11 años. Hicimos toda la carrera juntos desde el principio.

-Además de ganar en los Torneos Bonaerenses ¿Qué otras cosas importantes hicieron?

Lo primero grande que hicimos fue entrar en la compañía de Juan Carlos Copes, un ícono dentro del baile. Hicimos una gira a Ucrania con él. Y nos fue súper bien, lo pasamos bárbaro y cuando llegamos conseguimos trabajo en casas de tangos para turistas. Ahí empezamos a bailar. Después nos salió un trabajo para el mundial de fútbol del 2008. Íbamos a bailar a dónde jugaba la selección Argentina. Hicimos la misma gira de la selección. Bailábamos en el entretiempo de cada partido y representábamos al país.

-Empezaste de muy chico ¿tenías a alguien de tu familia que le gustara el tango?

Mi abuelo toca la guitarra, pero en casa nunca se escuchó música. Fue algo muy raro y cuando descubrí al tango, fue descubrir a un mundo totalmente nuevo. Yo tenía 12 años y era chico. Todavía no sabía bien lo que era. Todavía no lo he llegado a descubrir del todo. Pero es algo genial. Es un baile de contacto, cercanía y confianza. Es sensual pero sin llegar a ser sexual, es genial. Un baile hermoso.

-¿Y escuchabas tango?

No, nada que ver. Ahora sí, lo único que hago es escuchar tango. Yo soy historiador, de la Academia Nacional de Tango, es una carrera de tres años. En la época de oro del tango, entre los años 1930 y 1950, hasta la caída de Perón, estuvieron las orquestas más importantes. Entonces toda la música que se produjo en esa época, es la mejor para mí. Se baila muy bien y porque, en ese momento, lo único que se consumía era producto nacional. Y eso era Tango. En esa época todos los grandes poetas y músicos componían para el tango y vivían para el tango. Entonces había cosas muy interesantes de gente muy grosa.

Eloy estudió en la Academia Nacional del Tango, ubicada arriba del café Tortoni, en la ciudad de Buenos Aires. Allí cursó durante tres años dónde estudió la historia del tango y se perfeccionó en su baile. “Estudié con gente muy linda e interesante. Yo era el más pequeño. Tenía profesores importantísimos que forman parte de la historia del tango. Teníamos mucha teoría y algo de práctica. Era solamente sentarse y escuchar a un tipo que vivió mucho al tango”, contó.

-¿Bailás algún otro ritmo?

- No, miento todo lo otro. Uno sabe un poquito de folklore, salsa, pero lo mío es el tango. Ya hace tres años que vivo afuera, vivo en el Norte de España. Allí soy profesor de tango y también tengo una compañía “Zeta Tango” que hacemos shows es distintos lugares. Hicimos un espectáculo que se llamaba “Trío Porteño”. Ahora tengo un niño de tres años entonces dejé de hacer tantas giras y más que nada me dedico a la docencia. Doy muchas clases en Santander, Bilbao y todo lo que es el Norte español.

-¿Y cómo sienten al tango ellos?

- Muy bien, están fascinados y tienen muchas ganas de aprender. Hay mucha gente que se está moviendo y que está yendo para allí. Y es gente que sabe mucho. Antes cualquiera se iba a enseñar a cualquier lado, ahora ya hay que tener un cierto nivel como para que te vaya bien. Antes con ser argentino te alcanzaba, pero ahora necesitas estar especializado y ser reconocido. Uno de a poquito uno se va haciendo.

¿Cuál es el estilo de tango que más te gusta?

-Yo bailo el tango salón. Lo que me interesa bailar es el estilo no tan moderno, sino más bien clásico. Más pegadito, más milonguero. Al tango moderno lo bailo, pero disfruto más del clásico. Me parece el más tradicional y el más original. También creo que es una responsabilidad de nosotros, como herencia cultural, el transmitirla. Los mejores bailarines estaban en los ´40, ´50. Y han quedado muy pocos de esos bailarines. Entonces nuestra obligación es tratar de tomar lo máximo posible de los pocos que quedan. Para así seguir proyectando ese tipo de baile.

-Y allá en España ¿tenés una compañera Argentina?

-No, ella es Vasca. Porque mi compañera, la que tuve siempre, Analía, ahora está aquí y bueno vive haciendo gira .Yo me quedé allá y por eso tengo una compañera allá. Pero súper bien. Además Analía es de la selección, es del primer nivel. Está bailando muy, muy bien y si la extraño, pero claro yo me quedé allá en España. Y tenemos otra vida, ella vive girando. Ahora se va a Corea, se va a EE.UU, vino el otro día de Brasil. Está todo el tiempo moviendo. De hecho hace 15 días hicimos una movida en Chacabuco, como una maratón de tango. Nos fue muy bien. Hicimos unas clases de tango, con un show al final de la noche, y vino gente de todos lados. Vino gente de Junín, Bragado, 25 de mayo, Luján. Tenemos muy buena relación con los chicos de Junín, todos los hacen Tango Junín son muy buena gente y lo pasamos bárbaro. Cada vez que venimos tratamos de hacer algo juntos.

-¿Venís seguido a Argentina? ¿Qué es lo que más extrañas?

-Hacía un tiempo que no venía, ahora quisiera venir más regularmente al menos una vez al año. Extraño las facturas de crema y los chirizos caseros. Me estoy atracando a facturas, todos los días a la mañana me levanto y me como 9 facturas, terrible. Igual me llevo dulce de leche, rodesias, titas, alfajores, todo lo que no se consigue. Yerba ya se consigue fácil, pero ese tipo de chocolate son realmente muy caros y viejos.

-Gracias al tango recorriste muchos países ¿Cuál te gustó más?

-Si anduve por casi toda Latinoamérica. Generalmente haciendo giras con algún show. Por ejemplo en México estuvimos con un show de tango cuatro meses. Hacíamos shows en diferentes lugares, hoteles. Después estuve en Europa: Italia, Francia, Alemania, Ucrania, España. A mí me encanta viajar, entonces lo que hacía era trabajar y después gastarme todo el dinero que ganaba en quedarme viajando. Entonces llegaba a Argentina y no tenía nada. Pero la pasaba muy bien. El que más me gustó fue cuando fuimos al festival de tango de Londres. Es un festival bastante importante, van parejas muy buenas y me pareció muy lindo. Había profesionales muy, muy buenos y se lo pasaba bien. Entonces me gustó.

-¿Cómo ves al tango hoy?

- Ahora hay un montón de lugares para bailar tango. Está de moda y hay muchísimas chicas. Y es bárbaro porque es volver al contacto, volver a abrazarse, es genial. Hay más mujeres, pero me parece que cuando se comienza desde un principio a la chica le resulta más fácil aprender. El hombre es el que lleva, si la chica no tiene problemas en dejarse llevar lo aprende bastante rápido. El hombre tiene que aprender a llevar a la compañera y a la música. Tiene que tener una capacidad de pensar que es lo que a hacer cuando se termina el paso que está haciendo. Y a su vez tiene que escuchar la música, para saber cuándo vienen los golpes musicales. La chica cuando empieza a especializarse es súper difícil, pero al principio es más fácil para ellos.

-¿Y qué le podés decir a la gente para que empiece a bailar tango?

-Que bailar es genial, está demostrado. Es de bajo impacto para la gente adulta. Tienen que animarse a empezar a bailar. Hay que tener ganas y aprender. Y si uno tarda una hora en aprender un paso, otro tarda cinco minutos y otro tres días no importa. Hay que animarse.